Celina Ramírez es una de las primeras mujeres Guardia Civil enviadas a un pequeño pueblo de la España profunda. Corre el año 1988. Tras retirar el cordón policial de una escena del crimen a la que ni siquiera la han dejado acercarse, ella y su obligado compañero encuentran el rastro de un crimen mucho mayor. Solos y bajo la amenaza de una lluvia inminente, deben reconstruir los hechos de la nueva escena antes de que el agua borre las pruebas que unen ambos lugares.